Lidia Gabriela, de 23 años, se arrojó de un taxi en movimiento en la Ciudad de México por el pánico de estar siendo secuestrada. Fue encontrada sobre el asfalto la tarde del 1 de noviembre a las 5.30 p. m.

La joven había pedido auxilio desde la ventana del taxi, a la altura del metro de Constitución, porque el conductor no quería detener el vehículo. Diego Maldonado, hermano de Lidia, reveló en una publicación de Facebook que muchas personas escucharon sus pedidos de auxilio, pero que nadie pudo hacer nada.

A las 5:00 del lunes, Lidia tomó un taxi Nissan Versa color blanco y rosa con rines negros, en la colonia Las Peñas de Iztapalapa. El vehículo avanzó unos tres kilómetros, de acuerdo a Maldonado, cuando pasaban por una tienda Oxxo la joven intentó pedir ayuda.

También le escribió a su novio. Le dijo que el chófer se había ido por otra ruta y le estaba cobrando de más por el servicio. Ese fue el último mensaje de Lidia.

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“Mi novia me comentó que el taxista tomó otra ruta que ella nunca tomaba… es una ruta que te aleja del destino”, comentó en una entrevista con Azucena Uresti.

Minutos después, y cuando el taxi atravesaba el metro Constitución, el conductor no quiso parar e hizo todo lo contrario: aceleró y se fue por un carril de alta velocidad. A 100 kilómetros de la estación, Lidia se lanzó y falleció al instante.